martes, 18 de agosto de 2015

RELATOS APÁTRIDAS: "CUANDO LA MUERTE MIRA FIJAMENTE A LOS OJOS"


 "Si sabes que vas a enmudecer, tienes que afrontarlo con valentía. Al asomarte al agujero de la muerte y encontrarte con ella, debes mirarla fijamente a los ojos y ser tú el que dé el último paso"... 

Fotos y texto: Pepa Díaz.

"Mi nombre es Nikolai Juri Iljin, soy ex-combatiente de la primera guerra de Chechenia, allí nos gasearon con fosgeno, soy apátrida, y tengo cáncer de laringe". El fosgeno es un importante componente para fabricar plásticos, pesticidas y medicamentos. A temperatura ambiente, 21º, se convierte en un gas venenoso, incoloro y no inflamable, con un olor similar al del heno recién cortado. Su uso como arma química está reconocido desde la Primera Guerra Mundial. Si se respira, en altos niveles, dilata los pulmones, dificultando la respiración; si es ingerido, provoca daños irreversibles en la garganta el esófago y el estómago.
En noviembre de 1976, nace Nikolai en la parte que llaman República Soviética de Estonia. Cuando se  disuelve la URSS y Estonia se independiza, en 1992, se restablece la ley de ciudadanía de 1938. "La cuestión de la independencia de Estonia es que si has nacido ruso no te vamos a dar la ciudadanía estonia. Tienes que hacerte refugiado, hacer un test de lenguaje... Y así fue..." La nueva ley,  basada en el principio de consanguinidad, sólo permite la ciudadanía estonia a los que ya la tenían hasta el 16 de junio de 1940 y a sus descendientes. Al margen queda el 35% de la población: unas 490.000 personas de origen ruso, ucraniano y bieloruso, que se convierten en no-ciudadanos."A los descendientes rusos nos volvieron apátridas. Y ahora... puedo decir que estoy librando la batalla de toda mi vida... No soy ciudadano de ninguna parte, y el único lugar en el que podría curarme es Canadá"
A pesar de las críticas de Rusia, Estonia  mantiene al margen a sus minorías rusas, que suponen más del 28% de la población, así como las de Letonia y Lituania. Se dispone entonces un proceso, que llaman de naturalización, y que exige un fuerte conocimiento del idioma estonio, además de un mínimo de 5 años de residencia.
Ya en 1996, la humillante derrota y las altas bajas sufridas en el ejército ruso, al que acudió de voluntario Nikolai, hicieron del conflicto checheno algo sumamente impopular en Rusia para las elecciones de ese año. Pese a la muerte de Dudáyev en abril , las tropas rusas, ya desmoralizadas y mal entrenadas, fueron incapaces de suprimir y controlar el levantamiento checheno, tanto en la Batalla de Grozni como en el campo.
Tras librar aquella terrible guerra, Nikolai parte a Holanda, en donde sobrevive hasta que le diagnostican un cáncer de laringe terminal. En su lucha por la dignidad y la supervivencia consigue una orden de expulsión de la Unión Europea, con la que decide venir a España, a Coruña, haciendo auto-stop, para intentar llegar a Canadá en un barco.  “Lo único que pido es que las autoridades españolas me permitan ir a Canadá; porque no sé a dónde acudir. En febrero de este año, un dia muy ruidoso, el médico me dijo que me quedaba un año de vida,  y aún con eso, quiero ir a Canadá, porque sé que si consigo llegar allí no voy a morir... No sé el tiempo que voy a tardar en alcanzarlo, pero sé que si lo consigo no moriré."
¿Crees que si vas a Canadá no morirás? “No”, insiste.
¿Tienen tratamiento para tu enfermedad? "Puede ser".
¿Tiene cura aquí en Europa? “No. Allí sí que me ofrecieron algo, porque yo no tengo cobertura sanitaria. Me dijeron: tienes que pagarlo, es un tratamiento de un año que cuesta 1 millón seiscientos mil euros. Yo no puedo pagar eso...

Pero, cuál es tu situación ahora... ¿Por qué estás en Coruña?
“Porque es el lugar más cercano al Oceáno Atlántico y creo que alomejor es posible que encuentre un barco grande que me lleve a Canadá, que me dé la vida…”
En este intento desesperado por sobrevivir, con el shock post-traumático de Chechenia, enfermo, y tras muchas horas de carretera y manta por Europa, Nikolai compra un bote hinchable llamado Hércules, se va a la Marina y se echa al mar, comienza a remar…
¿Qué pasa con las autoridades españolas, cuando subes a la barca de plástico, en La Marina, para ir a Canadá?
“El bote es una embarcación de dos metros y sé que no es posible llegar con eso, el oceáno es demasiado bravo y la gente de La Marina, Coruña, no va en esa dirección. Me trataron bien. Tú no has cometido nigún delito en España, me dijeron, así que puedes quedarte unos días hasta que resuelvas tu situación. Entonces me dejaron aparcarlo en el puerto deportivo y me permitieron estar allí unos días”.
¿Qué solución tiene, en este momento?
"Voy a seguir pidiendo ayuda. Si no me siento mejor, si mis condiciones de salud empeoran mucho más de lo que ya están, yo me iré mar adentro esas cuatro millas que permite la ley, porque no quiero morir narcotizado, sin voz y como un idiota. Si sabes que vas a enmudecer, tienes que afrontarlo con valentía  y asomarte al ojo de la muerte...  y si debes encontrarte una vez más con ella, tienes que ser tú el que dé el último paso”.
PINCHA AQUÍ ENTREVISTA A NIKOLAI (Inglés): http://www.ivoox.com/entrevista-a-nikolai-audios-mp3_rf_6394167_1.html